¿Qué
está en juego en la lucha contra las cesantías?
Desde que comenzó el 2012 los docentes
universitarios hemos sido noticia a partir de una palabra que se ha transformado
en tristemente celebre: “cesantías”. El eufemismo opaca al menos dos
definiciones impuestas por las autoridades de la UBA: desconocer la Ley
previsional N° 26.508, que establece el derecho a optar por continuar trabajando
hasta los 70 años, y apartar de sus labores a los docentes mayores de esa edad
sin mediar pre-aviso ni planificación académica alguna.
El segundo cuatrimestre se inicia con 152
docentes desplazados a partir de esos criterios. De ellos, 35 son colegas de
Sociales. Pero además hay más de 500 cuya situación es muy precaria, puesto que
la continuidad en sus respectivos cargos será puesta en consideración por el
Consejo Superior nuevamente en diciembre. En este marco, se trata de docentes
de entre 65 y 70 años o mayores, cuya pertenencia a la UBA ha sido “prorrogada”
hasta fin de año, sin mediar argumento alguno por parte de las autoridades, tal
como ocurre con los que han sido cesanteados.
La actitud del Rectorado pone de
manifiesto, esta vez de manera más cruda, buena parte de los principios que
orientan su proyecto de universidad. Por un lado, se trata de una medida que
busca ajustar los “costos laborales” -en una institución en la que el ítem
referido a la antigüedad tiene un peso muy significativo en la masa salarial-
sin tener en cuenta sus derivaciones en el trabajo de cátedras y equipos de
investigación. Por otro lado, la medida y el modo de aplicarla, refuerza el
despotismo y la falta de transparencia que caracterizan a los sectores que
gobiernan nuestra universidad. La arbitrariedad y el desprecio que éstos han
demostrado al decretar las cesantías da cuenta de que actúan como una casta de
funcionarios con intereses propios y son la expresión más evidente de un modelo
de universidad que se sustenta en lógicas de funcionamiento que niegan a los
distintos actores de la comunidad académica su condición de sujetos de derecho
de modo igualitario, y que en la práctica tampoco reconocen a parte de esos
actores como portadores de representaciones políticas y gremiales legítimas.
Párrafo aparte merece la utilización del
principio de la autonomía universitaria que desde el Rectorado se esgrime para
desconocer la Ley 26.508. Como docentes e investigadores de la UBA,
reivindicamos la autonomía universitaria como concepto progresivo orientado a
garantizar la democracia en los procesos de toma de
decisiones, la calidad académica y la pluralidad de perspectivas
teórico-epistemológicas en la formación de profesionales y en la producción de
conocimiento. Un criterio que es reivindicable ante potenciales arbitrariedades
emanadas desde autoridades gubernamentales, pero que no puede ser invocado para
desconocer mejoras en las condiciones laborales de quienes construyen día a día
nuestra universidad.
De este modo, si no logramos detener el
avance de esta política, el saldo será más inestabilidad laboral y la
legitimación de los criterios poco transparentes y las orientaciones
mercantilizadoras y arbitrarias de la política académica de las autoridades de
la UBA, bajo el falaz argumento del efecto “redistributivo” que podría
derivarse de estas cesantías compulsivas.
Como docentes no podemos avalar, por acción ni omisión, el atropello de
derechos adquiridos (y en este caso consagrados por una ley), ni la obturación
del debate democrático. Sólo el fortalecimiento de la participación, la
organización y la discusión colectiva puede ponernos en mejores condiciones
para pelear en los tiempos que vienen por mejores condiciones de trabajo para
todos los docentes de la UBA y avanzar en la democratización de nuestra
universidad.
Nuevo
cuatrimestre, nueva comisión directiva de AGD Sociales, viejos problemas
En junio pasado se realizaron las
elecciones para elegir representantes gremiales en la AGD-UBA, nuestra Lista
Violeta - Docentes por el Cambio logró representación de minoría en la
Comisión Directiva de la Facultad de Ciencias Sociales y junto a compañeros de
otras facultades obtuvimos un lugar en la Mesa Ejecutiva de AGD. Esta nueva
composición, que se hace eco de la pluralidad ideológico-política de los
docentes de la facultad, significa revitalizar nuestra herramienta gremial. El
hecho más auspicioso, en este sentido, es la alta participación de afiliados y
compañeros docentes que se acercaron a votar. Al mismo tiempo los debates que
atravesaron este proceso dan cuenta de la necesidad de problematizar los
mecanismos de participación y representación que tenemos al interior de nuestra
organización gremial. Más que nunca es necesario que logremos dotar de más
fuerza y vitalidad nuestros reclamos, convocándonos a la participación, al
debate plural de ideas y a la reapropiación de mecanismos de decisión, tanto en
el gremio como en la institución de la que formamos parte.
Nuestro espacio busca ser un dinamizador de
esta tarea generando los canales de información e instancias organizativas que
permitan a todos los compañeros docentes apropiarse de las discusiones,
intervenir en ellas ampliando y enriqueciendo las bases de nuestra
organización. Por eso, como un primer paso, invitamos a participar de las
reuniones abiertas de Comisión Directiva y enviamos lo discutido y resuelto en
dichas instancias.
Asimismo creemos necesario incorporar a la
agenda de debate otros temas en los que creemos que la AGD debe estar presente,
expresando las inquietudes del conjunto de los docentes. Es el caso de la
mudanza de las Carreras de Relaciones de Trabajo y Sociología al edificio de
Constitución y la discusión sobre nuestras condiciones de trabajo.
La posibilidad de dar estos debates se
encuentra atravesada por un contexto de avanzada sobre nuestras condiciones de
trabajo. La última paritaria, rechazada por nuestro gremio, estableció un
aumento que no llega a revertir el deterioro de nuestro salario por la
inflación, marcando una tendencia a la baja de nuestra capacidad de acceso a
los medios de vida. Las denominadas “cesantías” compulsivas son otra evidencia
de la aplicación de criterios de achicamiento del gasto para la administración
de la pobreza presupuestaria. El despido de los compañeros docentes del Centro
Cultural Rojas por comenzar a organizarse sindicalmente y la propuesta de
cambio a la condición de monotributistas a trabajadores con más de 20 años en
esa institución da cuenta de la precarización laboral que se suma a la que
viven los docentes ad honorem y aquellos que ni siquiera se encuentran
designados.
En este marco, las distintas gremiales
docentes de las universidades nacionales vienen discutiendo con el Ministerio
de Educación y el Consejo Interuniversitario Nacional, un convenio colectivo de
trabajo que regule nuestra actividad. Uno de los debates más complejos que
comenzará a la brevedad es la Carrera Docente, que significa la posibilidad de
transparentar el acceso, la permanencia en el ejercicio de la docencia
universitaria y la promoción, garantizando la estabilidad. El establecimiento
de mecanismos transparentes se opone a cierta lógica discrecional en el
nombramiento y promoción, superando la reproducción de mecanismos clientelares,
que lejos están de contribuir a la excelencia académica. Es necesario entonces
que podamos involucrarnos en estos debates, reconociendo que la lucha por
mejores condiciones de trabajo incluye la discusión de las lógicas
institucionales en las que nos encontramos inmersos. Esas lógicas hoy se
encuentran signadas por una falta de democracia en el gobierno de la UBA, por
decisiones que se toman entre un puñado de profesores. Estas son funcionales al
deterioro de las condiciones del proceso de enseñanza aprendizaje y de la
producción de conocimiento.
En este sentido, nos parece auspiciosa la
iniciativa impulsada por CONADUH
de convocar al 1º Foro por una Nueva
Universidad, bajo el eje: “Vigencia
de las Políticas Neoliberales en las Universidades Públicas. Carrera Docente
con Estabilidad Laboral versus Flexibilización”. La actividad que se
llevará a cabo el jueves 30 de agosto, de 9 a 20 hs. en Auditorio de la UBA,
Uriburu 950 (C.A.B.A.), contará con la intervención de panelistas nacionales y
latinoamericanos y será un espacio propicio para reflexionar en conjunto acerca
de nuestras prácticas, condiciones de trabajo y el actual proyecto de
universidad
Nuestra organización, la AGD, puede y debe
tomar en sus manos la defensa de una universidad democrática, que logre niveles
de excelencia académica, que produzca conocimiento crítico y comprometido con
las necesidades del pueblo y sus luchas. Nuestras iniciativas, entonces,
necesariamente atravesarán tres aspectos que forman parte de una unidad: la
lucha por mejores condiciones de trabajo, la reflexión sobre nuestra tarea como
trabajadores de la educación y de la producción de conocimiento, y la
problematización de los mecanismos institucionalizados de toma de decisiones en
nuestro espacio de trabajo. Nos convocamos a esta tarea buscando sumar voces,
ganando fuerza y protagonismo desde la participación de los docentes.
Una agenda para los docentes de Sociales
Ad honorem
Uno de los principales problemas de la
Facultad de Ciencias Sociales es la significativa proporción de docentes Ad
Honorem, cuyas tareas y dedicación exceden lo establecido por el Art. 34 del
Estatuto Universitario para esta categoría. Esta situación –estructural para el
funcionamiento actual de la Facultad- se encuentra vinculada al problema
presupuestario, al congelamiento de la planta docente, a los significados
simbólicos que se tejen detrás de la docencia universitaria y a la actitud
esquiva de las autoridades de la Facultad, para desarrollar una política que
pretenda una solución de fondo para esta problemática; pero también se
articula con las formas históricas sui generis en las que se
ha ido constituyendo el plantel docente a través de la estructura de cátedra y la
ausencia de carrera docente. Situación que también lleva a naturalizar las
rentas inadecuadas.
Se trata de un problema complejo, por eso
creemos que desde la AGD debe ser un tema a priorizar. Sin embargo, el éxito de
las acciones que se puedan desarrollar dependerá en gran medida de la
participación y el compromiso del conjunto de los docentes y, más aún, de los
docentes que se desempeñan en estas condiciones. Para orientar las acciones
hacia esta problemática será fundamental contar con un diagnóstico certero y
exhaustivo, que permita recoger la inmensa diversidad de situaciones y la
pluralidad de opiniones del conjunto de los docentes. Solo a partir de un
diálogo preciso y en el ida y vuelta en nuestro espacio de trabajo es que se
construyen acciones transformadoras en la Universidad.
Mudanza al edificio unico
Durante este cuatrimestre la Facultad está
inmersa en definiciones importantes vinculadas a la mudanza de las carreras de
Sociología y Relaciones del Trabajo a la sede de Santiago del Estero
prevista para el año 2013.
La
lucha por el Edificio único ya lleva más de 15 años, pero en la etapa actual no
se trata de restringir la discusión a la cantidad de aulas, sino que implica ir
un paso más allá y tener en cuenta la calidad
constructiva de las mismas, manifestar la necesidad de una sala de profesores donde podamos hacer
reuniones de cátedra, corregir exámenes y preparar las clases. Así como
también un jardín materno/paternal y un comedor universitario, propiciando
condiciones adecuadas de enseñanza-aprendizaje y los espacios de sociabilidad
propios de una comunidad universitaria
Por eso, consideramos muy
importante el camino de articulación que desde AGD-Sociales ya comenzamos a
transitar junto con la Gremial No-Docente y el Centro de Estudiantes, para
aportar al análisis de las necesidades edilicias que afectan la calidad de
nuestro trabajo, plantear conjuntamente ante la gestión de la Facultad los
requerimientos y realizar un seguimiento de los pasos que hacen tanto a la
mudanza como a la obra en sí.
Para participar acercate a
la Comisión Directiva de AGD Sociales, que se reune miércoles por medio a las
18 hs., rotando entre ambas sedes de la Facultad. Para consultas: listavioletasociales@gmail.com