Del 11 al 15 de Junio
próximos se celebrarán las elecciones de AGD para Mesa Ejecutiva y
Comisiones Directivas de las Unidades Académicas en el marco de una delicada
coyuntura nacional de ajuste.
Para los docentes de la UBA el ajuste se hizo patente, como en ninguna
otra medida, en la resolución 2067, que ratifica la negativa del Consejo Superior a la aplicación de la Ley Jubilatoria en
lo relativo al derecho a opción, a partir de la cual se pretendió cesantear de
hecho a decenas de compañeros docentes próximos a los 65 años de edad. Para el conjunto de docentes de la UBA que perciben salarios, el
ajuste también se plasmó en el acuerdo salarial consistente en un aumento del
20.5% en tres cuotas y que supone una notable pérdida de poder adquisitivo frente a la inflación notoriamente superior. Y para una gran cantidad de
docentes de la UBA esto se suma a la inestabilidad laboral producida por la
marcada reducción de las posibilidades de acceso a las Becas y a la Carrera de Investigador
del CONICET.
Esta situación coyuntural reposa
sobre una condición estructural que los docentes padecemos cotidianamente en
nuestros espacios de trabajo y que reconoce sus causas en una restricción
presupuestaria persistente y en una estructura universitaria antidemocrática y
estamental. Los mecanismos poco transparentes con los que, en un sistema regido por
la estructura de cátedra, se suele acceder y permanecer en los cargos docentes son sólo el comienzo
de un largo periplo plagado de irregularidades. Al ingresar a la docencia
universitaria, muchos compañeros se ven obligados a trabajar por años sin
percibir salario y sin tener claridad sobre los plazos, términos y condiciones
en los que recibirán sus rentas; otros que tienen la posibilidad de acceder
a una renta, muchas veces perciben salarios que no corresponden a sus cargos y/o dedicaciones. Lo anterior se da en un marco en el que se supone que los docentes debemos realizar investigación, pero en
el que la carencia de dedicaciones exclusivas y semiexclusivas y la ausencia de recursos
elementales hacen que en la práctica la investigación no pueda garantizarse desde la docencia. Esto conduce a que
distintos organismos que no cuentan ni con la autonomía, ni con el (arcaico) co-gobierno, ni con la representación gremial
universitarias sean los que terminen definiendo a partir del flujo de recursos,
las líneas, temas y perfiles de investigación. A ello se agregan las pésimas
condiciones de trabajo - problemas de infraestructura, escasez y mal estado de
nuestros medios de trabajo, etc.- que afectan a los docentes, muchos de los cuales no cuentan
ni con obra social ni con ART.
Desde Docentes por el Cambio entendemos que esta situación sólo puede
superarse mediante la participación activa del conjunto de los docentes. Necesitamos
discutir con una amplia convocatoria los reglamentos para el acceso, la
permanencia y la promoción en el marco de una auténtica carrera docente (atendiendo a las
particularidades de cada unidad académica y reconociendo el peso que hoy tiene la condición de docente
interino). También es necesaria la discusión colectiva y la organización de los medios de lucha para
acabar con el trabajo gratuito y las diversas formas de precariedad salarial. Lo mismo vale para la discusión de la estructura de
cátedra, de los planes de estudios, de la democratización del co-gobierno mediante la
conformación de un claustro único docente, del desarrollo de mecanismos para la
articulación de la docencia, la investigación y la extensión, y de la mejora de
las condiciones y del medio ambiente de trabajo. Esto exige articular el debate y la lucha por
la democratización de la universidad y por el presupuesto y el salario.
Estamos convencidos de que la
construcción de un sindicato independiente de la patronal y del estado es el
instrumento adecuado para trabajar en pos de esa transformación. En este mismo
sentido, sostenemos que el fortalecimiento de la herramienta gremial para la
defensa de los derechos de los docentes y de la educación pública implica la
capacidad de contener y hacer dialogar las distintas corrientes y orientaciones políticas de
los docentes de la UBA. En el marco de ese proceso es que hoy como parte de la AGD UBA y de la CONADU H nos encontramos
en el contexto de un nuevo plan de lucha para defender nuestro salario y por un Convenio Colectivo de Trabajo
que nos otorgue estabilidad laboral y carrera docente.
Pero nuestra experiencia cotidiana en las distintas unidades
académicas en las que participamos también nos muestra que ningún instrumento
superestructural alcanzará para lograr esa necesaria participación y
organización en cada lugar de trabajo. Los avances en ese plano sólo pueden
vehiculizarse a partir de un trabajo de base, participativo y plural, condición de posibilidad para un
verdadero cambio.
Con el compromiso de continuar en
esa dirección nuestro trabajo en defensa nuestros derechos como trabajadores,
participaremos en las próximas elecciones de Mesa Ejecutiva y Comisión Revisora de Cuentas de la AGD con la Lista “DOCENTES X EL CAMBIO”,
integrada por Adrián Piva, Jorgelina Matusevicius, Silvina Boggi,
Tamara Perelmuter, Martín Kalos, Eduardo Glavich, Ignacio Vissani, Eduardo
Weisz, Octavio Colombo, Ana Acosta, Eduardo Zito, Patrico Klimezuk y Carlos
Gustavo López Pombo.
Docentes
por el Cambio
docentesxelcambio.blogspot.com.ar